Como gritaría Matías Prats» Pero esto que es! Pero esto que es!»
Si, joder, no entendemos de que puñetas va el vídeo que el viernes por la mañana publicaban The secret society. Sabíamos desde hace tiempo que estaban trabajando en un disco nuevo y que podría ver la luz este año. Así lo anunciaron más o menos el pasado enero en el concierto del dabadaba al que acudimos.
Hasta ahí todo normal, Seguir leyendo A los secret society se les ha ido la olla
Estaba claro, Nothing andaba de gira por europa, así que había que catar la mercancía en directo. Y en Zaragoza que nos plantamos.
En plenas fiestas de pilares, la sala las armas, un lugar de estos donde aparte de conciertos tienen movidas culturales varias, acogía el tercer y último bolo de la banda yankee en terreno castellano-parlante. Mucha peña en la calle sí, de hecho la plaza colindante estaba a reventar con un concierto gratuito, sin embargo dentro de la sala vimos a poca gente cuando los teloneros locales abrían la noche.
El trío de maños Sheriff salía a escena en una sala de buena acústica y bonito diseño, pero con poco calor humano. Aun así hicieron bien su trabajo, dando un buen show sin dejar de ser conscientes de que esa noche les tocaba ser los segundones, aunque tiene pinta de que no lastraran esa carga mucho tiempo.
Por cierto, segunda banda Zaragozana del palo que conozco que canta en guiri, algo tendrán las aguas turbias del Ebro.
Con la sala un poco
más llena, pero tampoco mucho más, empezaban a rasgar las cuerdas los de Filadelfia, ante un público bastante quieto y soso. Mira que «Fever queen» es buen tema para comenzar un concierto poniendo a la gente de pie, pero que va. Tal vez, los parones entre canción y canción, en los que apenas se oía algún tímido comentario del publico, no ayudaron a que la gente se animara. Pero tampoco fue como para no pedir bises. Enserio. Nadie pidió otra, ni silbó, ni leches. Una ciudad en fiestas, una sala bien tratada acusticamente y ¿nadie tenia ganas de escuchar una más?
El set ya os lo sabéis, muy parecido al que se llevan echando aquí y allá desde que desembarcaron en el viejo continente. A destacar los temas gordos del nuevo disco, que sonaron muy gordos y los pocos viejos que se echaron aun más, disfruté como un gorrino revolcándose en el barro con Bent Nail, seguramente si hubiera habido barro en la sala la frase sería literal.
No habría estado de más algún tema más de los viejos, ya que la última vez que se pasaron por europa tan solo tocaron en Barcelona, pero bueno ya se excusarían con que si el bajista es nuevo, que si la abuela fuma y tal. Que no lo había dicho, pero no venían con Nick bassett al bajo, sino con otro tío, un tal Chris, Chris Betts tal vez, no estoy seguro.
Tras el concierto, otro trago, la compra de merchandising de rigor y un breve saludo a los miembros que parecían majos. Nos dijeron que el lunes paraban en Donosti y que les pasáramos número de teléfono y ya si eso te llamo y me lo cuentas. Por lo visto si que se pasaron por Donosti, lo de llamar ya tal.
El último finde de septiembre Renteria acogió un festival, evento, o no se que, llamado Atlantikaldia, que no llegue a entender de que iba y tampoco he encontrado a nadie que me lo haya sabido explicar. El caso es que por una cosa u otra, desde el pasado jueves 22 hasta el domingo 25 el pueblo Gipuzkoano se lleno de actividades variopintas.
En medio de todo ese buffet libre de encuentros culturales, se encontraba un concierto gratuito de Goran Bregovic, exponente donde los halla de la música balcánica y el folk de europa del este.
Como no, una pequeña federación del Huerto Sonoro nos personamos en la alameda, botella de sidra en mano, rodeados de un notable y numeroso público, que no bajaba de los 30 tacos. Pero eso no fue excusa, el músico y compositor, conocido entre otras movidas por poner banda sonora en los films de Emir Kusturica, puso a toda la peña a bailar a la primera de cambio con «Gas Gas» tema con el que abría un set que duraría más de hora y media.
Por mucho que tenga 66 palos a la espalda, el Yugoslavo se cascó sus temas clásicos a machete, acompañado por un quinteto de viento dos coristas y un percusionista, que se ganaron bien el sueldo, Weddings and Funerals Orchestra, creo que les llaman.z
Nunca imaginé que un concierto de música folk pudiera acabar pareciéndose a una rave, y es que damas y caballeros, el ambiente que pone Goran, por mucho que toque sentado, se mea en más de un que otro Dj. Vale que usaba una tablet para disparar algún que otro sampler, tal vez más de lo que nos hubiera gustado, pero tampoco se le podía hacer demasiado caso a lo estricto de la perfomance, cuando un tío con traje blanco está venga a gritar al publico su eslogan «If you don´t go crazy you are not normal«.
Que se pusiera la 
gente todo loca, vaya. Y la verdad es que era difícil resistirse, con temas como Presidente que hizo junto a los Gypsy Kings, o con ese tema llamado «Ovo Je Balkan» que compuso para Serbia en Eurovisión 2010 y que aquel chaval destrozo con su gesto pajero. Incluso en los bises, con un tema relativamente melancólico como es Bella Ciao, se atrevió a darle la vuelta, llevárselo a su terreno y practicar esa máxima de mayo del 68 que dice que «el aburrimiento es contrarevolucionario». Pero, ¿que hay más revolucionario que una kalashnikov? Tal vez un gudari yugoslavo cantándole una oda, y en esas estuvimos
El huerto sonoro 